¿De qué estamos hablando?
Ahora el objetivo de todo el mundo es ahorrar, y eso es lo que vamos a hacer. Queremos reducir al máximo tus costes de impresión. Porque aunque parezca mentira, todas las empresas tienen una impresora, grande o pequeña, que se usa mucho o poco, pero allí está. Y nos sirve para imprimir facturas, pedidos, presentaciones, etc. Esto lo hace gracias al consumible, que por su precio parece ser gasolina o caviar. Vamos, que cada vez que hay que pedir tóner, las cuentas del mes se resienten.
¿Cómo lo evitamos?
Pagando un precio fijo por cada página imprimida. De esta forma conseguimos importantes beneficios. Sólo pagamos por aquello que imprimimos. Que alguien dirá “y ahora también”, y no le faltará razón. Pero con este sistema se sabe cuánto se está pagando por cada página y además, primero se gasta y luego se paga. Así financias tus impresiones al 0% de interés.
¿Y eso no es más caro?
En absoluto. Este sistema, además de permitirte pagar las páginas una vez consumidas, es hasta un 50% más barato. Y quizás nos quedemos cortos en algunos casos.
Nadie da duros a peseta, ¿Dónde está el truco?
Tu proveedor habitual de consumible prefiere que todo siga igual, que compres el consumible a precio de oro, porque así gana mucho más dinero. Nosotros preferimos ganar un cliente, porque aunque facturemos menos, estaremos facturando, así de sencillo. No hay truco.